Según ya es conocido
por los expertos en la materia del conocimiento, el carácter disciplinar no
integrar, de la enseñanza actual, convierte la educación en una ciencia que
divide y/o desune con ‘vacías
abstracciones analíticas’, que no contribuyen a promover la cultura de la ‘razón’ y del ‘ser’, como
elementos de alto valor analítico.
Es decir;
la naturaleza, la sociedad y la cultura no llegan al estudiante como una
totalidad sistémica de interés analítico. Esto provoca en consecuencia, una
enajenación progresiva en el estudiante, lo cual invade todo.
La conciencia
ecológica y bioética, no son valoradas y consideradas adecuadamente, ni integradas al campo de la cultura educativa,
salvo algunas excepciones.
Para tratar de superar esos vacios
de la educación; según E. Morín, La educación debe ser pensada desde la
complejidad (E. Morín; Reflexiones Sobre
los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro; CNRS/ Paris,
Francia, Mayo/2001. Pag.29-30 y 39). Según dicho autor,
la educación pertinente, es imposible sin una reforma del pensamiento, que haga
de ella un verdadero proceso de aprehensión del hombre como sujeto complejo que
piensa, siente, conoce, valora, actúa y se comunica. Y para revelar la
complejidad del hombre, hay que asumirlo con sentido cultural; es decir, en su
actividad real y en la praxis que lo integra a la cultura.
La cultura como ser
esencial del hombre y medida de ascensión humana no sólo concreta la actividad
del hombre en sus momentos cualificadores (conocimiento, praxis, valores,
comunicación), sino que da cuenta del proceso mismo en que tiene lugar el
devenir del hombre como sistema complejo, lo que implica considerar: la
necesidad, los intereses, los objetivos y fines, los medios y condiciones, en
tanto mediaciones del proceso y el resultado mismo. He ahí el por qué de la
necesidad de pensar al hombre y a la subjetividad humana con sentido cultural,
que es al mismo tiempo, pensarlo desde una perspectiva de complejidad.
En tal
sentido, el referido autor, afirma que, por eso Marx, en sus tesis sobre
Feuerbach, aconsejaba asumir la realidad subjetivamente, para transformarla en
bien del hombre y la sociedad. Es decir, se requiere asumir una voluntad
subjetiva deliberada y consciente para transformar la realidad en el sentido
deseado.
La pregunta obligada es: ¿Qué hacer ante el estado actual de cosas?
por supuesto que se requiere de cambios estructurales profundos, en
diferentes niveles y áreas socioeconómicas, pero mientras no tengan lugar, no debemos
cruzarnos de brazos, en tal sentido; Edgar Morín, identificó y presentó un trabajo
analítico interesante en base a su obra: “Los
siete saberes necesarios para la educación del futuro”, a partir de los
vacíos que descubre en la educación, los cuales se concretan en los aspectos
siguientes:
1- La ceguera del conocimiento: “El
error y la ilusión”.
La educación tradicional, por lo general, no enseña el
riesgo del error y la ilusión. Es importante conocer y/o valorar el nivel de
riesgo de cometer determinados errores o asumir en forma inconsciente tal o
cual ilusión; lo cual, se traduce con frecuencia en motivos de frustraciones, traumas, apatías,
entre otros efectos.
2- Los principios del conocimiento
pertinente: “Separación de las disciplinas, del objeto y el sujeto, lo
natural y social”, separación del contexto, etc. En tal sentido, se requiere
una Valoración del potencial y utilidad aplicativa y explicativa del
conocimiento, generado y aprendido en cada caso.
Es decir, se requiere una
verificación sistemática sobre la consistencia lógica externa, entre el
conocimiento generado y aprendido, con
la realidad práctica….
3- Enseñar la condición humana: “El
significado de ser humano”. No todas las ciencias enseñan la condición humana.
Se requiere además de conocer, el contexto social, se necesita enseñar la “calidad
poética de la vida”, desarrollar la sensibilidad social como valor público.
Es decir, existe la Necesidad de identificar y
establecer una convergencia de la
condición humana. Se requiere conocer y promover el sentido del ser humano;
como forma de garantizar su desarrollo estratégico progresivo y no su
degradación progresiva….
4- Enseñar la identidad terrenal:
“Conciencia de que se es ciudadano de la Tierra”. Se asume que se comparte un
destino común y deben ser confrontados problemas vitales.
En este orden, se
debe valorar, la Identidad terrenal, la Paz, la Globalización, como elementos
de alto interés y valor publico…en tal caso, valorar y precisar la condición de
identidad como ciudadano terrenal, en un mundo globalizado, cuyo destino debe
ser común a todos y todas.
5- Enseñar a afrontar las
incertidumbres: “Las ciencias (tradicionales) enseñan muchas certezas, pero
no los innumerables campos de incertidumbres”.
Es tan importante la certeza,
como la incertidumbre. Se requiere repensar las estrategias en las diferentes
áreas del conocimiento, a fin de identificar y establecer formas y
procedimientos que contribuyan a reducir los niveles de incertidumbres….y por
ende, a redimensionar y ampliar los niveles de confiabilidad, perspectivas y
valor del futuro…entre otros aspectos.
6- Enseñar la comprensión: Esto
implica la necesidad de enseñar a establecer un diálogo entre las culturas. “Enseñar
y explicar cómo integrarnos al otro”. Mayor capacidad Reflexiva y Tolerancia
sobre base creíble. Empatía hacia el otro.
En este caso, se precisa de Identificar, valorar y promover los aspectos y
factores básicos que permiten la integración y cohesión social; sobre base
cierta, pertinente y sustentable.
7- Enseñar la ética del género
humano: Una ética basada en valores universales y/o de amplia cobertura
social y cultural. “La humanidad debe convertirse en verdadera humanidad y
encontrar su realización en ella misma”.
Es decir, se requiere desarrollar una
cultura de la razón y del ser social, en base a la misión de crear espacios
comunitarios mediante conocimientos que contribuyan a identificar y revelar
valores públicos reales, en forma convincente, sustentable y de alta pertinencia social.
ESENCIA Y FINALIDAD BASICA DEL
PARADIGMA DE
LA “DUCACION DEL FUTURO”’:
En
resumen; el nuevo paradigma de la ‘Educación
del Futuro’, tiene como esencia y finalidad básica; tratar de contribuir a
que en la práctica; la educación como
sistema paradigmático, realmente contribuya a identificar y valorar los
tipos y niveles de riesgos, al cometer determinados errores o peor aún; asumir ilusiones ingenuas…, y a la vez, en
otro sentido, valorar la utilidad aplicativa del conocimiento, conocer y promover el sentido del ser
humano, valorar y precisar la condición
de identidad terrenal, en un mundo globalizado, donde cada vez es más
trascendente asumir criterios válidos y
pertinentes para afrontar con éxitos las incertidumbres, identificar y
promover factores que permitan la integración y cohesión social(nueva categoría
del desarrollo socioeconómico); a fin de desarrollar una cultura sustentante de
la ‘razón’ y del ‘ser social’, mediante conocimientos que realmente
contribuyan a la creación, identificación y revelación de reales y
significativos tipos de valores públicos, dimensiones y categorías de cohesión
social, en forma pertinente y sustentable…el valor y la importancia del futuro,
reside en gran medida en la capacidad real de ser gerenciado en base a
elementos cognitivos estratégicos.
Para hacer posible;
la aplicación de las aspiraciones indicadas, el sistema educativo debe superar
el ‘Modelo Paradigmático de la
Modernidad’; el cual, se ha caracterizado por un proceso de simplificación
progresiva, basado fundamentalmente, en los principios de: La Disyunción, Reducción,
Abstracción y Determinismo mecánico,
que en esencia responden al desarrollo del Pensamiento
de la Simplicidad, como Paradigma Analítico.
En tal sentido, ya fue
referido por el autor, Gastón Bachelard, en su libro: “El Nuevo espíritu
científico”, donde señala que “lo simple
no existe, solo lo simplificado” (Rigoberto
Pupo Pupo; Educación y Pensamiento Complejo/Pag.25).
La ciencia moderna ha
construido su objeto, extrayéndolo de su ambiente complejo, para exponerlo
en situaciones no complejas.
Es decir, la ciencia no es el estudio del universo
simple, sino una simplificación heurística (regla para maximizar o minimizar un
problema)
a fin de extraer ciertas propiedades, que permitan ver y aplicar ciertas leyes científicas, con
alto nivel de pertinencia y efectividad práctica.
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_________________________
(*) El autor es Economista de la UASD, con varias
Especialidades y un Máster en Gestión Pública;
En España/2004. Profesor Titular de Finanzas
Públicas, en la Escuela de Economía/UASD. Reconocido
Dos veces,
como Profesor Distinguido de dicha Escuela. (para consulta: teo.ar07@hotmail.com).
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