Juan Bosch, insigne educador y maestro de la política, siendo candidato
presidencial por el Partido Revolucionario Domini-cano (PRD), ganó las primeras elecci-ones
libres que se efectuaron en nues-tro país (el 20 de diciembre de 1962), después
de la caída de la dictadura de Trujillo.
Bosch tomó jura-mento dos meses después y, lamen-tablemente, el 25 de septiembre de 1963, fue derro-cado por un golpe de Estado. Lo que significa que apenas duró siete meses gobernando de modo correcto como nunca nadie lo había hecho.
Si las fuerzas oscuras y desgraciadas no hubiesen interrumpido el proceso democrático, hoy nuestro país le pre-sentaría al mundo democrático otra cara en el orden socioeconómico.
En realidad, fueron siete meses en don-de el comportamiento ético del primer mandatario, el respeto a los derechos humanos, la moral pública de los fun-cionarios y la debida transparencia en el manejo de los fondos públicos, llegaron a convertirse en pilares fundamentales.
El comportamiento de don Juan fue in-tachable. Tanto así, que a pesar del período de tiempo pasado, cincuenta años, todos los segmentos de la po-
blación lo recuerdan como el gobierno más pulcro que hemos tenido los
dominicanos.
En la actuali-dad, un alumno aventajado de don Juan está conduciendo los
destinos de nuestra nación.
Poniendo en práctica todo lo aprendido durante sus largos años al lado de su líder, maestro y guía.
Lo cierto es que el licenciado Danilo Medina lo está haciendo bien,
recibien-do una alta valoración de la sociedad. La conducta ética, exigente y
humana de Bosch tiene mucha similitud con la de Danilo Medina.
Al igual que don Juan en su tiempo, el presidente Danilo ejerce un liderazgo basado en la inteligencia y el acercamiento directo a las masas.
Al igual que don Juan en su tiempo, el presidente Danilo ejerce un liderazgo basado en la inteligencia y el acercamiento directo a las masas.
Ahí radica la semejanza política entre el padre y el hijo
Publicar un comentario