Si la “guerra” que se inicia en un cuarto de aposento termina con
el divorcio en un tribunal tras la
imposibilidad de conciliación, imagínense un gobierno “malquerido” por la
escasa democracia y la violación a los derechos individuales si realmente ese
fuere el caso que se cacarea sobre Siria.
El título no pretende evocar la novela con el mismo nombre del afamado
escritor ruso León Tolstói, jamás. Simplemente
fue lo que pensé sobre la situación de Siria, en el Oriente Medio, que
concita la atención mundial.
Es posible que a no pocos les de “tres pitos” como diría el vulgo en
nuestro entorno o un carajo para otros,
pero a muchos si les importa y será tema
de probable conocimiento en el seno de la 68 Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
que se inició este mes.
La guerra siempre ha sido despreciable por las víctimas inocentes que
pagan las consecuencias, atrapadas en la sinrazón cuando se trata de mantener
un poder a porrazos.
Pero, ¿Será antidemocracia lo único que ha echado de lado la
importancia de la paz?
Además de otras razones que pudieren existir, la necesidad de libertad
y respeto a los derechos humanos son razones suficientes para luchar...pero sin
llegar a la guerra.
Siria, se diría, tiene derecho de hacer lo que le venga en ganas en sus
185,180 km², pero la mediación de otras naciones es buena si no procura dañar a las personas. Esa parece
la intención.
Es probable que los 193 Estados Miembros de la ONU –si fuere el caso-
se irían por una solución salomónica por algo simple que pudiera parecer
infantil: Si cada uno de esos representantes pensara que su familia (hijos,
esposas, madres y hermanos) se encontrara en Siria sin poder moverlos de allí.
¿Qué harían?
Es seguro que harían por los indefensos hombres, mujeres, niños y
ancianos de Siria lo mismo que por sus seres queridos, desechar la guerra y
privilegiar la paz como solución a cualquier conflicto para liberarse de un
pleito bélico de cualquier naturaleza.
Siria tiene una población estimada en más de 22 millones de habitantes.
Se alega que posee riquezas en petróleo,
gas natural, fosfato, asfalto, sal y
pequeños depósitos de carbón, mineral de hierro, cobre, plomo y oro. Además geográficamente
es la puerta hacia todo el petróleo del Medio Oriente y Asia, lo que provoca
alergia.
Tras Ban Ki-moon, actual secretario general de la ONU, desfilaron en
esa función dignos representantes que se esforzaron en dar lo mejor en la tarea
de conciliar a favor del derecho
internacional, la paz y seguridad en el pulso entre la guerra y la paz. Esta
última, la paz, probablemente goce del consenso de los países representados en
la 68 Asamblea.
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