En el discurrir de cada día es frecuente escuchar que fulano o mengano no sirven para nada porque se
las pasan haciendo planes y no pasan de ahí, que son unos inútiles que nacieron para que
haya uno más.
Esas malquerencias muchas veces comienzan arropar a estas personas
desde muy temprana edad, cuando le endilgan que es un manganzón, un vago y
otros epítetos que podrían influir en que sea propositivo.
La falta de un estímulo adecuado, de un referente que les guiara, no
debe impedir que puedan superarse y ser hombres sin límites.
Un ser humano es capaz de hacer todo lo que se proponga, absolutamente
todo. Su límite es su propia medida. Si comienzas a trabajar en lo que se
propones y tienes algunos tropiezos, levántese y sigas adelante, sea
persistente.
En la República Dominicana
abundan los ejemplos de personas que comenzaron en el primer peldaño y están en
la cima y siguen creciendo sin límites trabajando en lo que se propusieron.
Si usted se las pasa en
lamentaciones en lugar de poner en práctica sus deseos es posible que le resulte más difícil, no
imposible, alcanzar la "luna" o llegar a Marte si su aspiración es
dar un vistazo a esos lugares.
Hay un estereotipo que se endilga con frecuencia: Ese no sirve para
nada, no va a llegar a nada. Nació para ser pobre, es un fracasado. NADA DE ESO
ES CIERTO. Usted puede lograr todo lo que desee si se lo propone y trabaja
arduamente en esa aspiración
Un ejemplo de que se puede es el australiano Nick Vujicic, quien nació
sin brazos y piernas. Tiene una doble
titulación en Contabilidad y Planeación Financiera, es predicador y
conferencista. ¿Como lo logró? Sobreponiéndose a todas las barreras y motivado
positivamente desde su infancia.
Sin embargo abundan los que tienen
sus extremidades superiores e inferiores y salen a pedir en lugar de esforzarse, con lo que anulan su
dignidad, probablemente porque no han tenido la motivación necesaria o porque
les gusta lo fácil.
Hace poco un joven señor oriundo de San Juan de la Maguana me
contó que comenzó a trabajar en el transporte de pasajeros en un motor
alquilado y terminó comprando cinco motores.
Con esa flota de cinco vehículos de dos ruedas, el sanjuanero se trazó
un nuevo reto: Me voy para la capital, no para que la capital viva de mí, sino
para yo vivir de la capital." Llegó
a Santo Domingo y arrendó un vehículo para taxi. Ya tiene su propio vehículo de
cuatro ruedas, su casa propia e hijos en colegio. Abundan los que han echado
toda la vida en el mismo trabajo y no tienen nada. ¿Por qué? Falta de
planificación y en algunos casos uno que otro vicio.
Ese Sanjuanero es un hombre sin
límites. Hay muchos otros como él en el país. A eso es que se debe apostar, a
echar a un lado las barreras y convertirse en
un hombre o mujer sin límites derribando toda adversidad para lograr sus objetivos en buena
lid y sin dañar a nadie.
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